Pedagogía Blanca
La misión de la Pedagogía Blanca es cambiar de manera efectiva y real la educación para que responda a las necesidades auténticas de los niños y prepararlos para un futuro cambiante en el que la creatividad, la empatía, la libertad de aprendizaje y la cooperación son la verdadera clave de la excelencia.
En general, la base de la Pedagogía Blanca es un modelo de educación y aprendizaje respetuoso, basado en acompañar con empatía las necesidades naturales, emocionales y psicológicas de los niños para ayudarles a lograr un crecimiento armónico, feliz y en el que su deseo de aprender florezca.
El objetivo de este método educativo es ofrecer a las y los niños las herramientas que necesitan para desarrollar al máximo sus potencialidades, pero siempre respetando su ritmo de maduración natural fomentando la curiosidad, creatividad y reflexión infantil.
También pone en su punto de mira a los padres, madres y educadores, intentando que estos se liberen de las creencias erróneas que obstaculizan una educación positiva y que confíen mas en el proceso natural de aprendizaje. Los principios de la pedagogía blanca son:
• Estimular las potencialidades naturales de los y las niñas: Tod@s l@s niñ@s nacen dotados de enormes capacidades y un deseo innato por aprender y descubrir; la misión de los padres y educadores consiste en facilitarles un entorno seguro para que descubran el mundo y brindarles las herramientas necesarias para que puedan aprender. Por supuesto, también es vital comprender cuáles son las capacidades e intereses de cada un@ para trabajar en esa dirección. De esta manera se podrá aprovechar al máximo su talento en esa área.
• Desarrollar la creatividad: Se enfoca en la enorme creatividad infantil, por lo que uno de sus objetivos es fomentar la imaginación y la originalidad, no imponer a los niñ@s patrones estrictos sobre cómo deben hacer las cosas. Los padres, madres y educadores, en vez de brindarles un camino bien delimitado e instrucciones precisas, deben estimular a l@s pequeñ@s para que encuentren el camino por sí solos y puedan dar rienda suelta a su creatividad, aplicando aquellas estrategias con las que se sientan más cómodos.
• Potenciar el pensamiento reflexivo: Fomenta el pensamiento reflexivo y la crítica. Los padres, madres y educadores no deben brindar al niñ@ información para memorizar sino que deben ayudarles a reflexionar y sacar sus propias conclusiones; de esta forma se pretende formar a un niñ@ con opiniones propias, que no sea dependiente del grupo y que sepa tomar decisiones meditadas.
• Fomentar la autonomía: Que l@s niñ@s tengan un papel mas activo en su aprendizaje. El papel de las madres, padres y educadores sería el de alimentar su curiosidad innata y responsabilizarlos por su aprendizaje; eso significa enseñarles a plantearse metas y proyectar el camino para conseguirlas, así como ofrecerles responsabilidades según su edad y asegurarse de que puedan ser lo más autónomos posible para desarrollar la autoconfianza y una autoestima sólida.
• Respetar el ritmo de desarrollo individual: Fomentar un currículo flexible y personalizado que se adapte a las necesidades, capacidades e intereses de cada niñ@. Así aseguran un aprendizaje significativo y evitan el fracaso escolar, abogando porque el aprendizaje sea divertido y respete el ritmo natural de cada niñ@ para evitar la frustración.